Algo queda siempre.
Una bocanada de aire
aprisionada en la boca
al cerrar los labios
o clausurar la tumba.
Un último aliento
—irrespirado
irrespirable—
preso en su propio hedor.
Algo queda siempre.
.
.
… huesos
someramente hundidos en la arena
bajo el soplo de la luna huesos blancos
más que el alborada duros y pulidos
como guijarros de la orilla huesos
que fractura el mediodía
y el desierto pulveriza
en otros velos y otros soplos
que cubren y descubren
huesos …
..
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