quinta-feira, 5 de novembro de 2015

Bésame mucho, Martín



Besaba todo el día y no tenía tema de conversación

“No tenía”, ¿de dónde esa necesidad,
acaso urgencia, de contacto, verbal?
¿no consiste, como pretenden, el tacto
un acto de comunicación, de comunión,
un código interno el cuerpo, la piel-alfabeto
apropiándose, asignándole a cada gesto?
“Tema de conversación, no tenía”, como
que fuéramos procesadores de textos
simplemente, si el silencio, “besaba”, no
abriera un canal, de aire, “todo el día”,
a cualquier posibilidad, más que verbal,
“de conversación”, de estar ahí pero estando
sin mediar palabra y no fuera posible estar
en un lugar sino a través de lo dicho, “tema de”,
o transmutándolo en, codificándolo, un espacio
intertextual, piel-alfabeto, sobreentendiendo que
repugnamos, aunque habitable, el vacío por in-
significante. “Besaba”, por eso “no tenía”, o
“no” y, por eso, “besaba”. Con qué necesidad
debe, “todo el día”, haber palabras entre, de por
medio, entre nos, intervenir sin mayor sentido
que constatar del otro la presencia al otro
extremo, encubriendo una radiación o ruido de
fondo o agujero por donde lo innombrable
se filtre, lo no otro, lo mismo.

Martín Moureu, Argentina, 1981


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